Reseñas

Reseña: "La Ley del cuerno"

74 periodistas han sido asesinados entre 2000 y 2011
La ley del cuerno, el retrato de una espeluznante realidad mexicana
“Aquí no hay autoridad”, dice la periodista y cronista Marcela Turati: 9 de cada 10 policías están comprados por el narcotráfico


            La ley del cuerno, publicada por ediciones Puntocero en el año 2011, recoge los trabajos de siete periodistas mexicanos: Juan Villoro, Pablo Ordaz, Edgar David Piñón Balderrama, Alejandro Almazán, Diego Enrique Osorno, Óscar Martínez y Marcela Turati. Los cuales, a través de sus testimonios, revelan: “Siete maneras de morir con el narco”.

           El narcotráfico mexicano tiene su génesis a finales del siglo  XIX e inicios del XX, en las zonas mineras de Sinaloa. Sin embargo, no es sino hasta lo década de los 70 cuando se consolidan las primeras familias narcotraficantes. En la actualidad, el problema de consumo y  las guerras entre carteles se ha agravado terriblemente, desencadenando una narcoguerra. 

             Ésta inicia, oficialmente, cuando el entonces presidente de México, Felipe Calderón, el 11 de diciembre de 2006, da el grito de guerra contra las bandas del narcotráfico, y éstas responden de vuelta, según la periodista venezolana, Maye Primera, editora y recopiladora de la Ley del cuerno. 

            El texto es un compendio de 7 crónicas periodísticas relatadas desde la voz de sus protagonistas y que retratan la espeluznante realidad mexicana. Más de 35.000 mil muertes en los últimos 5 años. El poder del narcotráfico, los crímenes diseñados, el prestigio de lo ilegal, el reinado de la violencia, la crisis de la gobernabilidad, el culto por el exceso, el papel de la mujer dentro de los cártel y el peligro que implica hacer periodismo en “un país de sangre y plomo”, como dice el periodista Juan Villoro, autor de “La alfombra roja, el imperio del narcoterrorismo”, uno de los textos que compone el libro.


Ser periodista y no morir en el intento. “México es un entorno donde decir la verdad es progresivamente peligroso”, asevera el periodista mexicano, Juan Villoro. Según cifras de la ONG Periodistas sin fronteras, México ha superado a Irak en número de secuestros y asesinatos de periodistas. La ley del cuerno, revela a través de testimonios, como los de Villoro y Edgar Piñón Balderrama, el asedio y las amenazas que padecen a diario los periodistas mexicanos por cuenta de los narcos.

          El narcotráfico se vale del uso de los medios de comunicación como estrategia política, bien sea para “quemar” al adversario, o para evitar que salgan a luz pública nombres o datos de sus parientes. “Los medios tienen historias impublicables”, resalta Piñón. “Ser periodista en los peores días de la guerra contra el crimen organizado puede volverse asfixiante. La incertidumbre te mata”, agrega.


Descomposición social. Las crónicas desvelan, una tras otra, cruentas cifras de asesinatos a causa del narcotráfico. “Un país donde el narcotráfico se lleva por delante a más de 6000 personas al año”, resalta Pablo Ordaz, autor de “La muerte imparable”. En México reina la impunidad, los narco tienen comprados (o amenazados) a policías, jueces, políticos y periodistas. Utilizan la muerte como una herramienta de poder y trabajo. Lo más lamentable es que al 40% de los asesinados, según Ordaz, nadie los reclama, y en su mayoría son jóvenes que no estudian ni trabajan, sólo esperan su turno de matar o morir.

         El papel de la mujer dentro del cártel es retratado a través de la crónica de Alejandro Amazán. “Las que sicaríamos no necesitamos motivos”, así lo afirma Yeretzi, una de las “Chicas Kalashnikov”, quién luego aclara que “las mujeres no matamos por capricho, lo hacemos por dinero”. “En este país puedes matar a quien quieras, al cabo no pasa nada”, es parte del testimonio de Marta, una sicaria de 20 años.
           Esta descomposición ha sido originada por la narcoguerra, según la periodista Marcela Tintori. “La cómplice indiferencia de la justicia y el obligatorio silencio ciudadano”. La única ley verdadera en México, es la ley del cuerno de chivo, el poder de las balas. Por su parte, los narcos aprovechan sus “15 minutos de impunidad”.
           Se pavonean por las calles con sus atuendos excéntricos y exagerados, compran lo que deseen con sus dólares, productos de las drogas: gobiernos, mansiones, alcohol, armas, mujeres.  Cuando mueren, lo hacen como "Faraones", así lo afirma en su crónica Diego Enrique Osorio.

Por: Elvianys Díaz/ @ElviDiaz18


 


Convivencia ideal

  Las ideas no son tangibles. Debe ser por eso que en ocasiones son indestructibles. No se pueden tocar, pero si pueden materializarse y la Filven 2014 es una muestra indiscutible de ello. Cuando las ideas llegan, se siembran y se quedan a vivir en la mente de las personas, ya hay una gran labor hecha, debido a que éstas serán el impulso que moverá a esos seres humanos.

            Una forma histórica de materialización y difusión ideológica han sido los libros, oferta principal de este evento. Los libros pueden ser los mejores amigos o enemigos. Tienen la capacidad de producir tranquilidad o de hacer que la gente dude de todo lo que ha creído hasta el momento de  leerlos. Los libros son indispensables en la creación  de la conciencia necesaria para entender y seguir una o varias causas. Son portadores e inoculadores de ideas. Hay gente que lo tiene claro y actuó en consecuencia mediante la organización y ejecución de la feria.

            Lo mejor de ella fue la diversidad que aglutinó: diversidad de textos y por lo tanto de propuestas y temas, de público y por consiguiente de pensamiento, de charlas y actividades; y no menos importante, de precios. A pesar de tener una tendencia ideológica clara, puesto que fue organizada y llevada a cabo por el Gobierno bolivariano, no dejó de  ser plural. Tener la posibilidad de encontrar libros como “No vengas tú” de Sindy Lazo hasta el Corán, pone en evidencia que hubo una armónica convivencia de estilos y perspectivas respecto al material que se ofrecía en los stands: literatura clásica y contemporánea, libros de cocina, cuentos infantiles, guías para el buen desempeño sexual,  guías para tratar de aprender a vivir (libros de autoayuda, pues)…

            “Leer en común” fue el eslogan de la feria  y fue respaldado con su dinámica. Pues no sólo se trató de diversos libros disponibles. El evento en toda su extensión constituyó un espacio de lectura en conjunto, de expresión y debate de ideas, de interacción y compartir. Lo cual se podía llevar a cabo tanto en las charlas, conversatorios, recitales de poesía y presentaciones de  libros por parte de sus autores, o en los restaurantes dispuestos para que los visitantes acompañaran su conversación con un café, una comida o un trago.

            Cuestionamientos, satisfacciones, reflexiones, buenas relaciones sociales y anécdotas dignas de recordar, son algunos de los aportes que, me atrevo a decir, dejó la Filven 2014 a quienes asistieron a ella. Quizá lo pudo haber causado una frase dicha  por el moderador de una charla, un afiche colgado en una pared o un libro adquirido. Todo evento que genera pensamiento y discusión produce esos efectos. Todo evento que promueve el acercamiento a la cultura enriquece al ser humano.
           
                                                                                                             
                                                                                                               Claudia Hernández



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