Editorial

Catalejo tiene un año

            Catalejo nunca deja de estar de fiesta, porque siempre está celebrando la vida. Sin embargo, en este mes las festividades adquieren un carácter familiar y, por lo tanto, especial. Tanto quienes concebimos a este ser lleno de ideas, como él mismo, cumplimos año en junio. Hace 365 días Catalejo comenzó a vivir con una primera entrada que se originó gracias al mismo motivo por el que nace esta plataforma: la necesidad de escribir.
    
        En ocasiones las necesidades se convierten en adicción y placer. Eso sucedió en este caso. Sin embargo, el carácter adictivo en este contexto no ha sido negativo. El impulso de exponer ideas, en el género que sea, fue incrementando con el tiempo. Tiempo en el que la vida de las expositoras se fue llenando de experiencias y aprendizajes que orientaron el contenido que se ha publicado hasta ahora. Se ha producido ese fenómeno que tiene lugar cuando se combina el transcurso de los días con la consumación de hechos importantes: la evolución.

Teniendo presente que, como dijo en algún momento Fernando Savater, “la escritura es un traje que se adapta a cualquier vestidura”, decidimos narrar, argumentar o hacer un “de todito” a la hora de mostrar contenidos. Ya comprenderán porque hay textos de todo tipo. Aunque lo que predominó inicialmente en las mentes de quienes redactan fue la certeza de que lo que se dice debe responder a criterios de responsabilidad y respeto, pues se escribe para ser leídos.

Por azares de la vida (no hubo planificación alguna), el aniversario de este espacio coincide con el día en que se celebra una profesión que implica que quienes la ejerzan sean responsables y conscientes de que los mensajes que comunican influyen en mayor o menor medida a quienes los reciben: el periodismo. Al igual que el ejercicio del oficio, la labor de publicar en este blog exige compromiso ético y social.

            En este caso, el compromiso y la exigencia pasan a ser agradables, debido a que estimulan y hacen recordar que los contenidos de Catalejo pueden y deben ser siempre perfectibles. Hace un año escribí, porque la necesidad de resumir mis vivencias de aquel 27 de junio, me impulsaron. Debo decir que es excelente redactar líneas bajo esas emociones. Hoy, más que por necesidad, redacto por responsabilidad y formalidad. Lo cual no implica que no haya disfrute en la acción. Sobre todo en eso de mezclar la narración en tercera y primera persona a placer.

            ¿Los fines de la nota? Informativos y persuasivos. Los primeros ya se lograron, puesto que quien haya llegado hasta aquí, posee información con la que antes no contaba. Los segundos implican esfuerzos futuros, porque la invitación es para quienes han seguido este portal, para quienes lo hacen desde ahora y para los que hagan lo propio a futuro: continúen mirando a través desde este Catalejo, que aunque esté impregnado de subjetividad, como todas las acciones humanas, no deja de mostrar y de apostar a la libertad de consciencia y pensamiento.

           A propósito, suscribo un poco de Buena Fe. “Nunca aspiré a que desfilen por todas las líneas de mi pensamiento. Ojalá que te construyas en tus experiencias y tus sentimientos”.


                                                                                                               Claudia Hernández


                                                                                            

¡Catalejo está de fiesta! 

Hola, Claudia...
Decidí escribirte la presente misiva, es curioso, ¿sabes? Pero no tengo idea de por donde comenzar. Sí, lo sé, sueles decirme que uno no debe escribir sin un propósito, o una intención clara. Puedo asegurarte que el propósito existe. Sin embargo, esta noche, las palabras se me diluyen. Aquí voy, haré mi mejor esfuerzo...Te pido que uses tu imaginación y me ayudes...
Para empezar, seré muy franca, no recuerdo como nos conocimos, detalles, quién nos presentó, sobre que conversamos la primera vez. ¿La verdad? No lo recuerdo. Pero lo que, hoy, puedo afirmarte con seguridad es que ahora somos tremendas panas. Clau, contigo la amistad se parece a, "Acompáñame", la canción de Buena Fe. Porque en definitiva, nos la pasamos inventando que lo malo se ha ido; podemos pasar horas de pactos con la ficción, eso sí, sin perder la certeza de que la realidad siempre se impone. Por ahí dicen que sin bullym no hay amistad, en el sentido cuchi del término (risas), te aseguro que sin demencia tampoco, y de eso tiene mucho la nuestra.
Hoy, 5 de Junio (mi mes favorito) de 2014, quiero desearte, lo que suelo desearte a diario: lo mejor del mundo. Sin embargo, a veces es válido (y necesario) ponerse lugar común, ser cliché, y no perder la grata oportunidad que brindan ciertas ocasiones especiales. Así que felices 20, ami. Que este nuevo añito de vida esté colmado de éxitos, de aprendizajes, de literatura, éxtasis, escritura, rumba y elixir de los dioses (?). Sí, de escritura, que te invadan unas ganas apasionadas de darle razón de ser al papel en blanco, de contar historias, de argumentar tus puntos de vista. Ojalá que te sigas enamorando del periodismo, que te cautives, más, por el poder de las letras. Tú bien sabes que estas acarician sin necesidad de tener manos. Espero sigamos compartiendo conciertos, hasta por Twitter, y veamos de nuevo a nuestros amores corear: "tengo una catalejo, con el la luna se ve, marte se ve...". Que los dioses del periodismo te sigan iluminando, los astros dejen de espiarte, y Mercurio deje en paz a nuestro querido signo de Géminis. Rezo para que nos sigamos encontrando, en las puertas abiertas, de la comunicación social. Felicidades, Duquesita, que la experiencia te siga afilando esa pluma. ¿Y por qué no? Te la romantice un poco (risas). ¡Bienvenida a la segunda década!
 
Catalejo está de fiesta hoy.
Feliz cumpleaños, amiga.
Feliz cumpleaños, periodista.
P.D: "cuidado con los betas candelosos (?)"
P.D: "mira que teorizo las ideas".
Quien te quiere, tu amiga, colega, cómplice de demencias nocturnas:




                                                                               Elvia



¿Y por qué Catalejo?

 Un catalejo es un instrumento óptico monocular para ver de cerca objetos lejanos. Comprende un objeto óptico y otro ocular. Según Wikipedia, la enciclopedia libre. 
         Partiendo de lo antes mencionado, me haré la siguiente pregunta: ¿Acaso los periodistas no somos los catalejos de la sociedad? Pues sí, somos los encargados de convertir los acontecimientos noticiables, en hechos noticiosos, o noticias. Partiendo de un conjunto de factores y atributos, con la finalidad de informar, pero sobre todo de acercar la novedad a cada ciudadano. Después de todo un país desinformado, seria un país en crisis. Por lo tanto  seria oportuno resaltar lo siguiente: ¿Realmente estamos en crisis? Y de ser así, ¿hasta qué punto? Pero no quisiera desvirtuar el texto porque el tema central sigue siendo el catalejo. Lo otro, que quede a reflexión de sus subjetividades.
     Tengo un catalejo, con él la Luna se ve, Marte se ve, hasta Plutón se ve...La Universidad se ve, la crisis de ve, el conflicto se ve, el futuro de paro se ve, Venezuela se ve. Las primeras líneas corresponden a la canción, que probablemente -fue  así- le dio el nombre a este blog. Un tema perteneciente a un magnifico grupo llamado Buena Fe. -Y aquí haré un pequeño stop para confesarme como una melómana  sin remedio-. En fin, Buena Fe, es un dúo cubano, -sí, cubano-, sin ánimos de herir susceptibilidades, ya que últimamente eso de mencionar a Cuba en nuestro país, no genera -por determinadas razones- empatía, ni mucho menos agrado, en un sector determinado de la población. Pero hoy no tengo ganas de escribir sobre política. Y como la música  une a los pueblos -eso dicen-, es el hilo que acerca a los ideales, y la cultura trasciende fronteras. Y es que del seno de esa Isla, han nacido los grandes trovadores, Milanés, Silvio Rodríguez.  Tengo que decirles que Buena Fe tiene  un soundtrack adecuado para cada ocasión. Y  como suelen decir  ellos: Cada cual según su trabajo, cada cual según su picardía. Por lo tanto  me confesaré abiertamente -periodista-.
      Y a los periodistas nos toca vacunarnos, contra los partidos y los colores, contra las posturas radicales. Después de todo a parte de ser catalejos, debemos ser los críticos, los contralores sociales, la voz de los que no pueden ser escuchados -aunque suene romántico-. Y sobre todo deberíamos ser los vigilantes de la veracidad, aunque en estos tiempos suene a utopía...
      La censura no conviene para el  derecho de autor...
      Me declaro también...Abiertamente -soñadora-...Y completamente adversa a los pensamientos unitarios, el placer está en la pluralidad de pensar distinto, pero sin dejar de reconocer al otro.
Elvianys Díaz

29/06/13

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